Tengo una cosa clara, y lo expongo a modo de consejo para quien pase por aquí y desee leerlo. Si eres una gota de agua transparente en mitad del mar, serás una más, no destacarás. Sin embargo, si en vez de transparente eres una gota de vino con tonos fluorescentes, destacarás por el día por tu color vivo y por la noche quizás tengas la virtud de brillar.
Por mi experiencia en redes sociales hago frente a diario a multitud de conversaciones, de contenidos, de impactos visuales. Con el paso del tiempo, con mis miles de horas dedicadas, puedo sacar conclusiones personales. Y lo tengo claro. Hoy en día en redes sociales debes hacer cosas diferentes, debes marcar la diferencia de alguna forma.
Pondré el ejemplo más claro, al que me enfrento diariamente. Me enfrento en cierta medida, ya que personalmente no me supone un problema, pero me doy cuenta, lo veo, y reflexiono sobre las decisiones de las personas. Entiendo que quieran entrar a Twitter, crearse una cuenta y ofrecer los contenidos que crean necesarios. Algunos más éticos que otros, sin duda, seguro, pero al fin y al cabo quedarán expuestos al filtro subjetivo de las personas. No seré yo quien diga si una cosa está bien, es correcta, o está mal, y por ello incorrecta. Pero me produce pena ver cómo a diario se crean decenas de cuentas enfocadas a la información deportiva, especialmente fútbol.
Yo lo hago, yo dedico horas diariamente a eso, a informar, a compartir noticias y contenidos, a comunicar. Pero empecé con ello en el año 2009, cuando en Twitter había eco, cuando en Twitter se podían poner los pies sobre la mesa, cuando en Twitter podías usar la mitad de las bandejas de tu nevera en el piso compartido. Hoy en día es diferente. Es, seguramente, la red social por excelencia, referente, para la difusión de noticias en tiempo real, de forma fugaz, de forma inmediata. Es por ello que digo que se deben hacer cosas diferentes, marcar la diferencia con un toque especial, quizás personal, para llamar la atención de alguna forma.
Seamos claros. Existen miles, decenas de miles, de cuentas de Twitter enfocadas a la información deportiva. Y se siguen creando a diario. ¿Por qué? Supongo que los usuarios que las crean desean crear su pequeño espacio, su marca personal, pero si comparten los mismos contenidos, copiando estilos de otros, empezando con un ritmo elevado, se huele a mil kilómetros que esa cuenta acabará aparcada, parada, y evidentemente en el olvido, incluso de su propio creador.
Pongamos un ejemplo, usemos un símil arquitectónico. Viajemos mentalmente al típico barrio británico de casas que, desde un plano aéreo, parecen todas iguales. Sí, puede parecer un plano bonito, enigmático, incluso hipnótico, pero todas las casas serán iguales. ¿Cuál de ellas destacará por encima del resto? Pues la que tenga otro color, la que sea más grande, o la que use emojis en su fachada, como la de la noticia siguiente:
¿No os parece maravilloso? Este arquitecto ha actualizado la fachada de este bloque de casas con los famosos emojis del WhatsApp. ¿Qué ocurrirá con este bloque a partir de ahora? Será noticia, la gente se fijará al pasar, los paseantes echarán fotos, incluso se romperán las barreras de las redes sociales y será conocida en todo el mundo. Ha pasado. ¿Por qué? Porque es diferente al resto, porque no se han limitado a que sea como las de su alrededor.
En las redes sociales es lo mismo. ¿Quieres tu marca personales? Adelante, por favor. No seré yo quien pare a nadie. Por favor, adelante. Pero haced cositas diferentes, intentad marcar la diferencia para así, de forma interesante, de forma eficaz, llamará la atención. Será una gota granate de vino en el mar, brillará en la oscuridad, y no será una más.