Debo reconocer que nunca había sido un tema que me había generado interés. No por temas de género. Simplemente, no le había prestado la atención que debía. Sin embargo, esto ha cambiado este año. Principalmente, gracias a televisiones que arriesgan, que ofrecen contenidos diferentes a lo que se encuentran en otros canales. Hablo de La Sexta. Hará cosas bien, hará cosas mal, pero mientras las grandes cadenas privadas nacionales emitían sus contenidos habituales, como si fuera un sábado normal, ellos decidieron dedicar sus espacios vespertinos al World Pride 2017, que se celebraba en Madrid.
Gracias a contenidos así se abren las mentes, se entienden más y mejor los problemas sociales. Por desgracia existen grandes corrientes de personas que todavía viven en siglos pasados. No digo que esté bien. No digo que esté mal. Pero ocurre. Y creo que programaciones como la de La Sexta ayudan a concienciar y, sobre todo, a dar difusión a una situación humana y social que vive en la pura ignorancia.
Yo el primero, repito. No es que sea homófobo, pero sí que es cierto que, desde mi heterosexualidad, en ocasiones no prestaba la suficiente atención a algo que, ahora, tras este fin de semana, veo con otros ojos.
Veía La Sexta, escuchaba las declaraciones de los protagonistas, veía imágenes de Madrid, con una fiesta total, absoluta, con miles de personas celebrando algo por lo que se sienten orgullosos, con miles de personas de todas las edades, desde niños hasta a adultos. No se trata de ensalzar y celebrar la homosexualidad. Seguramente, fruto de la ignorancia, todo lo contrario. La manifestación del Orgullo LGTBI supone una acto reivindicativo de un grupo social que recibe injusticias, acusaciones, incluso agresiones verbales y físicas por el simple hecho de su condición sexual. No se trata de aceptar o descartar. Se trata de dar la bienvenida a todo el mundo, como personas, como sentimientos, como energías.
Por ello, felicidades a La Sexta por esta decisión de dar luz y voz a un problema social existente y que, de forma frustrante, sigue existiendo.