Llevo cerca de un año dándome cuenta que los jóvenes tenemos una enorme variedad de herramientas y opciones para montar nuestros proyectos de forma independiente.
Una de mis últimas lecturas ha sido "#Hiperconectados", de Lucía Taboada en la Editorial Zenith. Un libro de carácter didáctico sobre redes sociales, sobre sus diferentes usos y sobre cómo nos han afectado a nivel diario. Cito este libro por varias razones. Por una parte, porque me ha parecido una buena lectura, y por otro lado, por el siguiente párrafo, que puedes encontrar en su capítulo "De la Game Boy a YouTube: la generación youtuber":
"No hacen falta contactos, ni grandes presupuestos, ni campañas publicitarias, ni promotores, ni una relación con un DJ, ni discográficas detrás: tan solo talento y que el clic se vuelva promiscuo. En la línea de salida todos tienen las mismas opciones de llegar a lo más alto o fracasar."
La comparto porque estoy de acuerdo en gran parte de su exposición. Hace unos meses publiqué un vídeo en mi canal de YouTube acerca de los jóvenes y la decisión de tener que estudiar, de tener que enfocar su futuro después de Bachillerato. Y una de las cosas que exponía era esa. Algo similar. Debemos elegir aquello que nos enamore de verdad, que nos genere un interés real. Podemos recibir consejos, escuchar a gente de confianza, pero la decisión debe ser propia, dejarnos llevar ante un futuro que será nuestro, de nadie más. ¿Es lógico estudiar algo que no nos gusta? ¿Es positivo empeñar un futuro en algo que es bueno por ciertos factores que no será tanto nuestra felicidad?
Como dice el párrafo, no se necesitan grandes cosas, ni grandes medios, ni grandes presupuestos. Todo nace de una idea, todo nace de una pasión innata que nacerá dentro de cada uno de nosotros. Entonces, como también pude leer, todos partimos con las mismas oportunidades. Llegará el turno de hacer camino, de caminar, de moverse, de luchar por aquello que nos mueva.
Recomiendo el libro, por cierto, si estáis interesados en el tema del social media. Es del año 2015. Lo compré cuando vivía en Barcelona, en la FNAC de Triangle, frente a la preciosa Plaça Catalunya. Y todavía no he acabado de leérmelo, porque cuando dejé la ciudad el libro quedó algo aparcado y lo he retomado recientemente.
