Durante el periodo vacacional/desconexión que tuve hace unas semanas tuve el placer de ver "La La La Land", la oscarizada película del estadounidense Damien Chazelle. Una de las mejores decisiones de mi verano. Casi de la nada, haciendo tiempo para una cena que tenía horas después, decidí ver esta película que todavía no había visto y de la que la crítica había hablado maravillas. Sólo hay que ver su reconocimiento en la pasada gala de los Oscar. Ésto no siempre es motivo de calidad o entretenimiento, pero vi críticas positivas más allá, de youtubers, de gente de confianza y me decidí a guardarle una horita veraniega.
Alguna vez he confesado que desde que estudié Producción de Audiovisuales, veo las películas y series de otra forma. Le ocurrirá a todo aquel que ha estudiado algo relacionado con el audiovisual. Planos, tiros de cámara, recursos visuales, sonoros. Todo entra en acción casi de forma innata, natural. Y evidentemente, ante una obra tan bien trabajada y cuidada como "La La Land", iba a ocurrir. Así fue.
Pero más allá de análisis, de opiniones generales de la película (para ello tenéis un episodio en mi podcast) quiero rescatar una escena que veo a menudo. Tengo la BSO en Spotify, y cuando llega el tema "Lovely Night" no puedo evitar acudir a la película para deleitarme. Me encanta, no puedo evitarlo.
Un plano secuencia rodado de forma majestuosa. Habiendo estudiado audiovisuales siempre admiro a esos profesionales que logran resultados brillantes, porque soy consciente de la dificultad que conlleva, porque soy consciente de que el cine (en este caso) se trata de un conjunto de factores que en su suma generan un producto. Y de la mezcla perfecta y correcta de todos ellos depende que el resultado sea bueno, o malo. Es decir. Una película puede tener a los mejores actores y actrices del mundo, pero si los operadores de cámara, o el equipo de eléctricos, o el de vestuario, no están a la altura, la película será 'mala', o por debajo de lo que podría ofrecer al espectador. Por ello valoro tanto cuando algo está bien hecho.
En este caso la escena de "Lovely Night". Como digo, un plano secuencia. Para quien no conozca el término, se trata de una escena rodada del tirón, en una única toma. Es decir, desde que la escena comienza hasta que finaliza, el operador de cámara va al compás de lo que ofrecen los actores. Este tipo de escenas suponen un gran trabajo de planificación. Todo debe salir según lo especificado. Los actores deben hacerlo lo mejor posible porque el operador de cámara irá marcando los tiempos marcados, tendrá que cumplir los pasos previstos, y si todo sale bien, se obtiene una maravilla en forma de plano secuencia. Es el caso de esta escena de "La La Land".
Una de mis escenas favoritas, una de las escenas que más han marcado mi verano, tanto por lo bien grabada que está, por el contexto, por la gran interpretación de Ryan Gosling y Emma Stone (cantan y bailan sin ser cantantes ni bailarines), por la iluminación. Me parece fantástica.