Un niño aficionado del Manchester United en Old Trafford (Laurence Griffiths/Getty Images Europe)
Ya he hablado alguna vez de la ilusión e inocencia de los niños que ven en el mundo del fútbol muchos de sus sueños e ilusiones. Este pequeño aficionado del Manchester United acudió a Old Trafford para presenciar en directo el pasado encuentro de los Red Devils contra un 'histórico' Crystal Palace, que sigue sin ganar, sin puntuar, y algo peor, sin marcar.
El niño disfrutaba, miraba con ilusión a sus ídolos, quienes estaban a escasos metros, en el césped. Él, en la grada, miraba atentamente, dejándose llevar, dejando entrever esa sonrisa inocente del que es feliz y no sabe la razón por la que sonríe. Simplemente, lo hace, y este niño lo hacía. Con un más plausible look (opinión, no información), a hombros de un adulto que podría ser perfectamente su padre (o eso entendemos) el pequeño estaba aislado, evadido, soñando con los ojos abiertos. Eran sus ídolos, las máximas estrellas. Esas que aparecen siempre en la televisión, que ve desde la cierta lejanía que supone el ambiente doméstico. Ahí estaba, dispuesto a ver una nueva goleada del equipo de Mourinho. Una auténtica batalla deportiva que, esta temporada sí, está instaurada en su ciudad, en Manchester, con sus rivales vecinales que visten de 'azul cielo' y cuyo nombre es Manchester City.
¿Sonreirá este pequeño al final de temporada? ¿Acabarán llevándose los de Mou el título a sus vitrinas al final del presente curso?