David De Gea quedó marcado para una gran corriente de aficionados que creen todo aquello que leen y ven. Un fallo que le ha colocado en la diana mediática de unos seguidores desconocidos que no siguen más allá de las bipolaridades, que piensan que nada existe entre el negro y el blanco, y que no conocen la tarde porque piensan que existe sólo el día y la noche. Y que, evidentemente, son incapaces de ver un partido más allá de su entorno cercano.
Aquella gris tarde en la que España empató con Portugal en Rusia 2018 por, entre otras cosas, un fallo del portero español tras un disparo no del todo peligroso de Cristiano Ronaldo marcó un antes y un después en la crítica popular en la figura del jugador español. Injusto, pero la actual realidad que le ha tocado vivir durante los últimos meses al guardameta internacional de España. El mejor portero de la Premier League y seguramente de la Selección Española juzgado, criticado, casi lapidado. Una situación curiosamente similar a la de su predecesor, Iker Casillas. El aficionado español no hace prisioneros y escupe allá hacia donde sopla el viento, incluso aunque se trate de fuego amigo, incluso aunque se trate de un futbolista propio. No ha sido, confusamente, el único caso los últimos años, y parece que esta incómoda corriente popular llegó hace un tiempo para quedarse, o al menos para una larga estancia. De Gea fue el portero titular con Julen Lopetegui, con su sustituto temporal Fernando Hierro y con su sucesor ahora, Luis Enrique. Es titular en el Manchester United desde hace años, desde que llegó al fútbol inglés de la mano de un Sir Alex Ferguson que sigue manteniendo su estatus de profesor del fútbol. Un portero de primer nivel mundial que a algunos medios parece no haber sentado bien eso de que no haya acabado vistiendo de blanco. Semanas de rumores, de informaciones, incluso de confirmaciones. Semanas de noticias que acabaron siendo inciertas para que ahora, años después, siga sin marcharse al estadio Santiago Bernabéu. Esto, parece ser, escuece a más de uno, y se traduce en una corriente mediática que subraya, acentúa, incluso manipula, toda acción que cometa.
España vencía 1-2 a Inglaterra en el mítico estadio de Wembley. Un gran encuentro de Rodrigo Moreno, de Saúl, de Carvajal, y sí, de David De Gea. Pero, adivinen de qué se habló. Corre desde hace semanas una estadística de disparos recibidos a portería y de jugadas que acabaron en gol que tiene a De Gea como protagonista. En el 1-0 de Inglaterra, obra de Rashford, volvió a salir a relucir. “Otro remate que le hacen y que es incapaz de parar”, dirían muchos, sin pensar en lo mal defendida que estaba la jugada, en lo solo ante el peligro que se encontraba el portero español. El titular, la idea manipulada para que mentes rígidas y esponjosas la adhieran y, entonces, fluya.
¿De verdad son capaces de pensar que todos los goles recibidos por De Gea son fallos? ¿De verdad creen que todos esos goles están bien defendidos? Estoy convencido de que no, que sus opiniones son el fruto maduro del que repite sin pensar, de mensajes virales en la era de la fugacidad. No se piensa, no hay tiempo, hay que reaccionar, y cuando una mentira se repite muchas veces, tristemente, parece que acaba confirmándose. En este caso, basándose en un dato real, sí, pero sin contexto. Los defensas cometen errores de marcaje. ¿Qué puede hacer De Gea en un mano a mano fruto de un error defensivo? ¿Qué puede hacer De Gea cuando un jugador rival remata en solitario porque no encontró un marcaje que evitaría el remate? Todo esto sin entrar a analizar el cuestionable estado de forma esta temporada del Manchester United: décimo clasificado, con el 50% de los puntos conseguidos. Y evidentemente, la continua doble vara de medir con los porteros. Pongamos un claro ejemplo. Los delanteros fallan muchas ocasiones en cada partido, muchos fallos, pero no son fallos, son ocasiones de gol. ¿Revisamos la eficacia de los atacantes respecto a sus intentos? Hasta el mejor jugador del mundo no tiene un 100% de efectividad a gol, pero no son errores, son ocasiones, intentos, incluso se habla de que están haciendo un buen partido porque están activos, pero no, no marcan todas las ocasiones que tienen. Sus cifras de rendimiento están lejos de la excelencia. Pero en el caso de los guardametas, es muy diferente. Un error suyo tiene el doble de impacto mediático.
Frente a Inglaterra, De Gea fue uno de los mejores del encuentro para los de Luis Enrique. Varias paradas de gran mérito evitaron que Inglaterra, casi de la nada, consiguiera puntuar en el estreno de la Nations League. Sí, las hizo, tuvo grandes intervenciones, pese a que el poder mediático hiciera hincapié en la jugada del 1-0, donde volvió a enfrentarse a una acción de gol que no pudo evitar porque Rashford consiguió deshacerse de la marca defensiva y batir a De Gea. David De Gea es uno de los mejores porteros del mundo, lleva años demostrándolo, lleva años siendo premiado. Pero para ser conscientes de ello hay que salir de la bipolaridad, de la gran corriente mediática para darse cuenta.
Artículo publicado en Legalbet.