Escribo esto recién llegado y antes de coger un tren que me llevará a la terreta unos días. Esta mañana me despertaba cansado, mucho, para poner fin a una racha de días bastante extensa de trabajo y sabiendo que era el último día antes de la escapada que anteriormente comentaba. La ignorancia del que no sabe que van a pasar cosas, pero ocurrirán sin saberlo y sin controlar en qué momento ni cómo ocurrirán.
Trabajo en el Diario As desde hace algo más de medio año. Una etapa de la que estoy aprendiendo muchísimo, que me está aportando absolutamente de todo y de la cual vengo a escribir brevemente. Quizás no lo sepáis, o quizás sí, pero Alfredo Relaño ha dejado de ser director del diario hoy martes, 30 de abril, y la noticia nos ha cogido a muchos por sorpresa. Por eso decía que esta mañana, cuando ha sonado el despertador a eso de las 6:00 de la mañana, sabía que iba a ser un día especial, pero no por los motivos que luego han ocurrido. Volvía a casa unos días, pero pensaba que llegaría y saldría antes.
Vengo a escribir estas líneas porque he asistido en primera persona al adiós y despedida de Alfredo Relaño, un referente del periodismo deportivo, quien deja el periódico después de 23 años en el cargo. Quien estudia periodismo, quien ama el periodismo deportivo, sabe que Alfredo Relaño es un espejo en el que fijarse. Padre de productos periodísticos como 'El Día Después', 'Carrusel Deportivo' o la gran referencia del Diario As. Medios periodísticos a los que muchos sumamos su libro '366 historias del fútbol mundial que deberías saber', un libro que todo amante del fútbol debería leer, primero, por las fantásticas historias que narraba Alfredo Relaño como por, segundo, su formato, ya que el número de historias iban enumeradas y clasificadas por días (1 de enero, 2 de enero, etc) permitiendo que, con el mínimo esfuerzo, cualquier persona que se lo tomara como un pequeño hueco diario de 2-3 minutos podría decir ese año que se había leído al menos un libro.
Alfredo Relaño es un referente de los medios de comunicación. Es algo indudable. Críticos, detractores, como en todas las profesiones, pero un referente por su enorme experiencia en los medios que le han llevado a ser considerado uno de los mejores periodistas deportivos de este país.
Creo, incluso, que toda esta presentación sobraba, ya que hablamos de alguien importante y relevante.
Pues bien. Ahí me encontraba yo, con mi gusanillo, mi timidez, mi personalidad introvertida, con mis miedos, mis sueños, viviendo el momento, asistiendo al cambio, a la despedida, a la bienvenida. Es por ello que decidía a mitad de mañana retrasar mi hora de salida y mi llegada a casa (sabiendo que tenía que hacer una maleta con destino València) para poder asistir in situ un momento que considero, sincera y personalmente, histórico.
Ha dejado el periódico un periodista histórico, un referente, y valía la pena estar ahí presente. Un recuerdo más para guardar en una vida profesional que a veces me presenta situaciones realmente increíbles, jamás pensadas.