Dicen que la cara es el reflejo del alma. Por suerte, desde hace mucho tiempo, mi cara refleja estímulos y sensaciones mucho más alegres que, en cambio, hace unos años. Tras la tormenta, llega a la calma, dicen. Pero hoy hemos venido a hablar de reflejos. De reflejos en pomos de puerta en la última planta de un edificio en el centro de Madrid.