Aquí somos muy seguidores de Jack Grealish en las buenas y en las malas. Pero, ¿realmente está decepcionando como jugador del Manchester City?
El atacante inglés ha vivido recientemente sus mejores años en la élite del fútbol inglés, británico, europeo y mundial. Sus últimas dos temporadas en las filas del Aston Villa fueron la confirmación de aquella joven perla de la cantera Villana que era más protagonista por sus polémicas (fotografías inconsciente en vacaciones incluida) en una estrella de reconocimiento casi generalizado.
Aquellos últimos años de liderazgo, determinación y explosión mediática supusieron su gran salto a nivel profesional. Casi de la nada, en un traspaso tan cuestionado por las necesidades deportivas como por las estratosféricas cifras pagadas, se convirtió en nuevo jugador del Manchester City para encarar su primera temporada con una presión mediática enorme.
Su año quizás ha estado por debajo de lo esperado. No ha demostrado ser la estrella por la que pagaron 118 millones euros ni ha sido pieza clave del esquema de Pep Guardiola.
Sus actuaciones no han sido negativas, no han sido trágicas. Ha aportado, ha marcado la diferencia con su característica marca personal, ha asistido y ha marcado. Pero no ha destacado como se esperaba y su presencia durante los últimos meses ha tendido a la decepción.
Una decepción real, pero por la base creada. Las expectativas que latían eran muy altas y han anulado su rendimiento porque no ha llegado a ese estatus. Y su rendimiento le permite estar en el grupo de jugadores que han aportado, sin más. El Manchester City tiene una de las plantillas más competitivas del planeta y, ahí, en ese contexto, no ha sido superior al resto.
¿Ha hecho buena temporada? Quizás se esperaba más. ¿Ha firmado un mal curso deportivo? Seguramente no.
Jack Grealish se encuentra en el punto intermedio entre el bien y el mal, entre el triunfo y el fracaso. Y lo hace con el comodín de ser su primera temporada. La temporada de la adaptación, del permiso al fallo, del espacio dedicado al aprendizaje.
Esta próxima temporada, entonces sí, deberemos ver si lo que ofreció en las filas del Aston Villa fue fruto del contexto y no de su capacidad de marcar la diferencia o si, en cambio, era real y lo vivido en Manchester ha sido producto de la falta de adaptación.
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