Ocurrió en noviembre del año 2022, durante un Arsenal-FC Zürich de Europa League, en el imponente Emirates Stadium. Allí, en la zona gunner del norte de Londres, el tinte europeo (que no continental) se instalaba durante algo más de dos horas para los miles de aficionados locales y foráneos que se disponían a defender y vibrar con sus respectivos colores e intereses.
La humedad era notable. No era precisamente la mejor noche para estar por la calle. Mucho menos en un estadio de fútbol, donde, pese a la pasión individual, lo más normal es estar sentado o con movimientos no demasiado notables. Una noche que caló en los huesos de los presentes. En la grada, en la banda y sobre el césped. La humedad hacía acto de presencia creando un aura digno de la más exitosa de las producciones fílmicas de suspense.
La instantánea es una auténtica joya. Glyn Kirk captó la esencia del fútbol como espectáculo. Desde ese rincón alejado, desde ese privilegiado sitio, fue capaz de magnificar el encuentro. La majestuosidad de la naturaleza en forma de meteorología siendo el invitado sorpresa de un partido europeo.
Londres, la niebla y la humedad. Una historia tan histórica como concurrida, tan famosa como comentada. Y es curioso que, pese a que se ha escrito extremadamente sobre ello, es capaz de hacer acto de presencia y llegar a sorprender a conocidos y extraños.
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