Hace algo menos de dos meses, dejé de trabajar, y no fue hasta varias semanas después, cuando ya me había instalado de nuevo en Gasteiz tras haber estado en casa, cuando me hizo clic la cabeza. Debía aprovechar. Debía aprovechar este periodo indeterminado de tiempo libre para aprovechar. Aprovechar para darle ese toque diferente a mi marca que tenía en mente. Sin ninguna gran novedad, pero sí necesaria.
Tenía pensado potenciar el valor visual de mi marca profesional (me cuesta hablar de 'profesional' y no 'personal', pero fue un consejo de mi psicóloga hace años) y, no sé por qué, fue el momento perfecto. Tras unos días desorientado, sin saber en qué dedicar mi tiempo, decidí que había llegado la oportunidad. Tenía ideas, muchas, y tiempo, todo el del mundo. Por ello, desde hace algo más de un mes, estoy transformando en contenidos ideas de temas que me surgen de mi día a día consumiendo fútbol.
Es cierto que ya había dado un paso adelante hace unos años, cuando todavía vivía en el ático del centro de Madrid. Me di cuenta que las estadísticas deportivas me gustaban. Muchísimo, de hecho. Y así lo traduje en mis contenidos. Quería ir más allá, adelantarme de alguna forma en forma de datos previos, de ofrecer el otro enfoque cuando se fueran confirmando el 90% de ellos. Ahora, un poco lo mismo, pero traduciéndolo en imágenes.
Y, debo confesar, estoy consiguiendo resultados que, sinceramente, me parecen súper guays.
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