No me escondo. Detesto LinkedIn.
Su postureo laboral.
El Instagram de lo profesional.
Esas cuentas que van dando lecciones que nadie ha pedido.
Ver los mismos mensajes mil veces repetidos.
Ver comentarios quejándose de la falta de trabajo (aunque esto me parezca totalmente entendible).
Los gurús que se creen líderes de audiencias.
Gente que se cree importante por sus miles de contactos cuando todo el mundo sabe lo fácil que es conseguirlos.
Esas celebraciones profesionales cuando son positivas. Silencio cuando es al revés.
Mensajes agradeciendo haber estado no sé cuantos años en una empresa de la que nadie se acordará de ti.
Su buen rollo falso entre gente.
Las pocas oportunidades profesionales que (realmente) ofrece.
Que siga siendo un referente.
LinkedIn nació como una plataforma interesante, pero ahora mismo es un lugar nauseabundo, con tiburones hambrientos de atención y con un postureo que es incluso peor que ese que se ve en otras redes. Posturear sobre trabajo es demasiado triste.
Comments