Hace unos meses escribía sobre una ventana. Una ventana con una bandera de Canadá que veía a diario. Sobre todo de noche, cuando la luz interior de esa habitación daba vida a un trozo de tela en el que pensaba mucho.
Pero hace aproximadamente un mes desde cuando escribo esto, se acabó. Se acabó aparentemente. Se acabó aparentemente porque la ventana (que siempre había estado abierta, los cuatro años que he vivido aquí hasta ahora) ha bajado su persiana.
El primer día me llamó la atención, pero en plena ola de calor lo entendí. No me pareció raro.
Sin embargo, ya me descolocó que por la noche no se subiera y la luz hiciera latir a la bandera.
Y así durante todo el mes de agosto. Entonces, ya habiendo asumido que esa ventana no se abrirá por ahora (no se veía el interior, simplemente la bandera a modo de cortina), me pregunto sobre la causa.
La persona que dormía ahí, ¿se ha ido?
¿Ha dejado la casa?
¿Era la única inquilina o compartía piso?
¿Era un dormitorio o una sala de estar?
Las dudas permanecerán no sé cuánto tiempo.
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