Hace unos días Boris Johnson comunicó oficialmente su renuncia como Prime Minister of United Kingdom. Políticamente, una noticia que, más allá de la obvia curiosidad que me provoca por mi amor en la distancia por Inglaterra, me generaba poco interés.
Pero es cierto que, desde que los rumores sobre su posible adiós comenzaron a nacer, crecer y confirmarse, una idea romántica se instaló en mi casa. Si se marcha él, ¿sería posible que, a medio-largo plazo, la vuelta del Reino Unido a la Unión Europea se produjera?
Es un sueño personal, más que algo real. Es una idea romántica nacida en el precio a coste cero de soñar.
A corto plazo, lo tengo claro. Es complicado. Bastante difícil. Pero a medio, y sobre todo largo, plazo es una opción más que viable. Entonces, sólo entonces, cuando la normalidad deseada se instale de nuevo, el sueño de vivir allí volverá a latir de verdad. Sin complejos.
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